Ruta: Hasta Llanes y vuelta en un Panamera 4 E-Hybrid Sport Turismo ¿Tenerlo todo?
Teníamos muchas ganas de probar el Panamera Híbrido. Con la presión creciente que están sufriendo los vehículos de motor diesel y la animadversión hacia todo aquello que no favorezca un mundo idílico de cero emisiones, las alternativas híbridas son cada vez más atractivas. Porsche sabe muy bien leer el futuro y nos ofrece un producto que sobre el papel suena estupendo: 462 caballos en total que se reparten en 330 procedentes de su V6 turbo de gasolina y 136 de un motor eléctrico con una autonomía declarada de 40 kilómetros en modo “limpio”. Nuestras ganas eran aún mayores tras haber tenido la hiperexperiencia, no lo podemos denominar de otra forma, con el Panamera Turbo en nuestro Roadbook de la revista 9OncePlus.
Solemos planificar estas pruebas hasta el más mínimo detalle: Qué llevar, qué recorrido hacer, donde parar a hacer fotos, donde comer, tiempos estimados para cada una de las actividades…, todo tiene un planning preciso que permite que no tengas que dejar prácticamente nada a la improvisación. Hay una cosa, no obstante, que no puedes controlar y es la meteorología. Casi siempre hemos tenido suerte con el sol, pero la agenda para recoger el coche la marcas con dos meses de anticipación para un día determinado y en Asturias ya se sabe como funciona el tema de la lluvia. Ese lunes tocaba agua y de antemano supimos ya que las fotos no podrían ser rabiosamente coloridas. En cualquier caso el buen hacer de las cámaras Fuji XPro-2 y X-H1 junto a un nutrido conjunto de objetivos de la marca nos daba la total seguridad de que las fotos que haríamos quedarían perfectas. Habíamos decidido, además, hacer las fotos en blanco y negro para significar así una diferenciación total con los coches puramente térmicos, es decir, sin tecnología híbrida.
En cualquier caso, y con puntualidad germánica, llegamos al Centro Porsche Asturias para recoger al cinco metros de más de dos toneladas de peso declinado en lo que antes llamábamos “ranchera” o simplemente “familiar” y que Porsche denomina “Sport Turismo”. Hemos de decir que personalmente siempre habíamos preferido las formas tradicionales de las berlinas antes que las de las rancheras, pero en este caso las formas están tan elegantemente diseñadas que el coche te cambia la forma de pensar. Es un coche que te quita los prejuicios y no nos cabe ya la menor duda de que es tan elegante como su hermano berlina y tanto o incluso más rotundo que él. La guinda en el pastel para esta unidad la ponen las pastillas de freno pintadas en negro opcional, las cuales vemos mucho más adecuadas que las cantarinas de color verde que vienen de serie.
El coche está aún cargando en la zona de taller del Centro Porsche y aprovechamos el tiempo que falta para tenerlo completamente cargado para recibir un briefing completo por parte del jefe de ventas, que ya ha hecho los cursos correspondientes habidos y por haber sobre los coches de la marca y nos transmite todo lo que es necesario saber para poder cambiar el chip con facilidad. En realidad hay muchísimos detalles que son nuevos con respecto a un coche tradicional, empezando por los tipos de estación de carga, los tiempos que son necesarios, la programación de la carga en el horario que más nos convenga, etc. Para resumirlo un poco podemos imaginar un escenario ideal para este coche: Trabajas a unos 15 kilómetros de casa, Dejas la noche anterior el coche enchufado y lo programas para que cargue a las horas en las que la tarifa eléctrica es más favorable. Sales de casa en modo completamente eléctrico y saludas con contenida alegría al embotellamiento habitual. Llegas al despacho y haces los email, reuniones y comunicaciones habituales. Coges de nuevo el coche para regresar a casa y llegas sin haber movido siquiera los pistones. Lo enchufas de nuevo y en el fin de semana lo utilizas como un verdadero Porsche.
En marcha
Salimos del Centro Porsche hacia el pueblo costero de Llanes en el oriente asturiano sin modificar un solo punto el programa que habíamos diseñado para este Roadbook. Ya sospechábamos que teníamos muchas cosas que probar y a las cuales necesitaríamos un cierto tiempo para habituarnos, así que nada mejor que empezar con unos cien kilómetros de una autopista que casi podríamos hacer con los ojos cerrados para ir jugando con los chuches importantes abordo. Dejamos para otro día la conectividad con dispositivos móviles y cómo desde nuestro smartphone podemos implicarnos aún más con el alma de este Panamera. Nos concentramos en lo que para nosotros es lo esencial, los modos de conducción que permiten al conductor establecer el equilibrio deseado entre utilización del motor térmico y del motor eléctrico.
El primero de estos modos de conducción es el modo E-Power o modo totalmente eléctrico. Es además el modo en el que el coche arranca siempre por defecto. La palanca del cambio PDK de ocho velocidades está en modo parking, giras la llave de contacto y solo la iluminación del cuadro de instrumentos te indica que el coche ya está preparado para moverse. No hay golpe de gas ni ruido de motor ninguno. Es como si enciendes el móvil o la televisión de casa y es la bienvenida Porsche a la movilidad del futuro. Se te hace extraño, pero tras pisar el pedal del freno pones la posición D en la palanca de cambios, sueltas el freno y empiezas a moverte en absoluto silencio con la batería de iones de litio. Este modo de conducción eléctrico no significa la renuncia absoluta al motor térmico ya que si necesitas más de los 136cv “ecológicos” disponibles, el seis cilindros despierta de forma fulgurante para ayudar en el empuje hasta donde nosotros decidamos. Es en este modo en el que entramos en la autopista, pero pronto pasamos al modo Hybrid Auto. En este segundo modo de conducción es el coche el que elige de forma inteligente cuándo utilizar el motor eléctrico, cuándo el térmico o cuándo utilizar ambos a la vez, aunque se trata de una inteligencia enfocada al mayor ahorro posible de combustible.
Van pasando los kilómetros y a la altura de Villaviciosa ya nos vamos haciendo a este Panamera. Los modos de conducción se cambian desde el volante o de forma táctil en la enorme pantalla central del coche y rápidamente nos ponemos a experimentar con otros dos modos de conducción que nos parecen sumamente interesantes. Uno de ellos es denominado por Porsche como “E-Hold” y es el que se encarga de garantizar que el nivel existente de batería se mantendrá constante sean cuales sean las condiciones de circulación y las solicitaciones al vehículo. Pongamos un ejemplo: Imaginemos que tenemos según el display 25 kilómetros de duración de batería y no deseamos gastar ni uno solo de ellos ya que, sigamos imaginando, vamos a entrar en una ciudad donde en la zona centro solo se permite circulación de cero emisiones. Mediante la posición “E-Hold” el Panamera híbrido se las arreglará para garantizar la disponibilidad de al menos la cantidad de energía eléctrica acumulada que señala el display en el momento de seleccionar dicha posición. Es como decirle al coche: “haz lo que te de la gana, pero la cantidad de batería que queda en este momento ni me la toques”.
Debe de ser la novedad o el propio carácter del coche, pero nos damos cuenta de que nuestro comportamiento al volante cambia de modo que lo que deseamos es tener la batería lo más llena posible. Probablemente un usuario de Panamera híbrido experimentado irá casi siempre en el modo Hybrid Auto, pero nuestra bisoñez en esto de lo eléctrico hace que seleccionemos el modo “E-Charge”, el cual desconecta totalmente el motor eléctrico y maximiza la carga de la batería. De todos los modos descritos hasta ahora, este modo es el que más alto consumo de combustible tiene el coche. Y es un modo en el que al consumo del motor térmico de 330cv hay que sumarle el consumo de la carga de la batería. Veámoslo con detenimiento: Despreciando los consumos de energía procedentes de rozamientos de piezas mecánicas, etcétera, cuando un coche va a velocidad constante en recta solo existen dos fuerzas que se oponen al avance del coche: la pérdida de energía por la rodadura de los neumáticos (la más importante hasta unos 40-50 km/h) y la resistencia aerodinámica, la cual se incrementa mucho con la velocidad. Para ir a esa velocidad constante el coche ha de generar una cantidad de energía que se manifieste en una fuerza igual y de sentido contrario al “gasto” aerodinámico y de rodadura. Pero si además tenemos que dedicar recursos a recargar la batería, la energía necesaria no cae del cielo, y por tanto cuando utilizamos el modo de conducción “E-Charge” el Panamera híbrido consume más que si llevara solamente el motor térmico clásico. No hay que asustarse ya que para ahorro de combustible y carga de la batería al frenar o retener con el motor, como hemos dicho, tenemos el modo “Hybrid Auto”, pero nuestro afán en disponer casi siempre de la batería completa no nos ha permitido ni siquiera hacer una estimación real del consumo de combustible de este Panamera.
En carretera
Llegamos a Llanes y nos lo encontramos mucho más activo de lo esperado. Llamado por algunos “el Benidorm del norte”, es un sitio en el que apenas es posible poner el pie en verano. Nos lo imaginábamos prácticamente vacío en este lunes lluvioso fuera de la temporada alta, pero no contábamos con una fiesta local y por tanto con la dificultad añadida de aislar el coche para las fotos. Así y todo colocamos al Panamera en el aparcamiento de la que consideramos la mejor playa de la ciudad, la Playa de Toró, y con algo de paciencia y bajo esa lluvia fina que va haciendo su trabajo hasta llegar a los huesos conseguimos hacer la primera sesión de fotos. Es mediodía, tomamos un chocolate caliente en El Colonial y arrancamos raudos nuestro híbrido para afrontar carretera típicamente asturiana. Para ello atravesamos Llanes y tomamos la AS-263 en sentido oeste para alcanzar enseguida el pueblecito de Posada de Llanes, el cual se caracteriza por tener un paso a nivel donde las vías del tren ya han sacado un empaste a más de uno. No así en este Panamera, cuya suspensión encontramos perfecta con una solución ideal al compromiso confort-eficacia. En realidad incluso en la posición Sport Plus no se hace un coche incómodo.
Tomamos ahora la AS-115 en dirección sur hasta la Robellada. Este tramo, de unos quince kilómetros, es uno de nuestros favoritos en toda Asturias: Buen firme, buffet libre de curvas y bien señalizada, por no hablar de la exuberancia del paisaje donde en ocasiones los arboles a los lados del asfalto forman pequeños túneles. La carretera está completamente mojada pero vamos a buen ritmo. El comportamiento del Panamera es sencillamente extraordinario. No podemos apuntar ni el más mínimo feo y sentimos la misma nobleza que si llevásemos nuestro 968, con el añadido de llevar todos los sistemas electrónicos de ayuda a la conducción imaginables, la tracción integral y el tren trasero direccional en opción, el cual creemos sinceramente que debería ser de serie en todo Panamera, ya que obra el efecto casi milagroso de hacer que parezca que la distancia entre ejes del coche se reduzca en los tramos de curvas más exigentes mientras que conserva el aplomo de tres metros de batalla en autopista.
Cambiamos de rumbo ahora por la AS-114 en dirección Oeste hacia Cangas de Onís. Es Cangas el núcleo administrativo de todo el Oriente de Asturias. Fue en su tiempo la primera capital de España allá por el siglo VIII. El “que tuvo retuvo”, se dice, y no cabe duda de que el ambiente en Cangas es increíble. Aparcamos el Panamera prácticamente enfrente del edificio consistorial y aprovechamos un paréntesis de lluvia para acercarnos a tomar un par de fotos del Puente Romano sobre el río Sella, uno de los símbolos de Asturias. Buscando un poco se puede leer la leyenda “Minima urbium, maxima sedium” (mínima urbe, máxima sede). Hay ocasiones en que solo el latín sabe describir las cosas con milenaria autoridad.
Y con toda la autoridad que da su regio comportamiento en carretera salimos de Cangas por la N-625 para tomar enseguida la N-634 hasta un poco más allá del pueblo de Infiesto. Es este tramo el de más tráfico de toda la ruta de hoy, pero se nos hace inevitable para poder tomar enseguida la AS-255 en dirección Norte. Entre unas cosas y otras se nos está haciendo tarde para comer y tenemos mesa reservada en la Hostería de Torazo. El tráfico es ahora prácticamente inexistente y aunque la lluvia ha hecho de nuevo su presencia conectamos el modo Sport para enlazar a muy buen ritmo las curvas que tenemos por delante. Es el Sport otro de los modos de conducción del Panamera en el que el coche utiliza tanto el motor térmico como el eléctrico en las aceleraciones. Con este modo ya sentimos sensaciones Porsche de las de toda la vida y llegamos sin darnos apenas cuenta a la pequeña población de Torazo. Elegido “Pueblo ejemplar de Asturias” en el 2008, nos recibe con una niebla cerrada que le da a la sesión de fotos una estética de otro mundo y de otra época. Tras una buena fabada y una merluza exquisita nos entra una pequeña somnolencia que esquivamos con un buen café y mejor tertulia con la directora de la Hostería. Miramos disimuladamente el reloj y nos ponemos en marcha de nuevo que todavía quedan tareas que cumplir.
E-AsturRing
Nos permitimos arrancar en modo térmico con un sencillo truco que hemos aprendido: Giramos la llave de contacto y con un toque de dedo en la consola seleccionamos el modo “E-Charge”. El tres litros en V despierta vigoroso y con todos los antinieblas disponibles a bordo conectados tomamos de nuevo la AS-255 con rumbo a Villaviciosa. Es esta una carretera de curvas rápidas y excelente firme a la que no es conveniente, nunca lo es, perderle el respeto ya que contiene un par de curvas cerradas, no muy lentas, pero de esas que parece que nunca se acaban y con las que es mejor no poner a prueba el chasis de un coche por muy afinado que este esté. Alcanzamos Villaviciosa y tras un pequeño callejear nos enfrentamos a una de las misiones que nos habíamos propuesto realizar: Ser los primeros en hacer una vuelta completa al AsturRing en modo totalmente eléctrico! Habíamos comentado nuestras intenciones días antes con otros amigos porschistas y había diversidad de opiniones sobre si sería o no posible conseguirlo. Se trata, como muchos ya sabéis, de 22 kilómetros de recorrido, 142 curvas con gran parte de ellas concentradas en el primer sector en subida de 10,5 kilómetros y un mito ya entre todos nosotros.
Encaramos la primera curva con una reserva de batería estimada para 32 kilómetros. Sabemos que en modo eléctrico tenemos 136 caballos para mover 2,2 toneladas, lo cual nos da una relación peso potencia aproximada de 16 kg/cv, lo cual no es precisamente lo más favorable debido sobre todo a la práctica imposibilidad de llevar una velocidad constante. En el AsturRing los cambios de ritmo son constantes, con frenada, curva, aceleración y siguiente frenada. Somos nosotros también un poco escépticos pero a las dos curvas nuestra percepción cambia. Nos hemos olvidado de que en modo totalmente eléctrico tenemos siempre disponible un par motor de nada menos que 400 Nm. El ritmo no es a cuchillo, obviamente, pero perfectamente comparable al de cualquier turismo.
Para evitar el modo térmico y que no se nos alegre el pie, contamos con una señalización en el tablero de instrumentos que consideramos algo sencillamente perfecto: En la parte inferior del contrarrevoluciones existe un segmento circular que se va iluminando en el sentido de las agujas del reloj. Cuando este segmento está completamente iluminado entra en acción el modo térmico, así que con el rabillo del ojo lo vamos vigilando para mantenernos siempre en parámetros E-AsturRing.
Alcanzamos el final del primer sector en Frog-Stop y vemos que nos quedan 16 kilómetros de reserva de batería. Es decir, que en 10,5 kilómetros reales de carretera hemos consumido 16 kilómetros de batería. No nos inmutamos ni lo más mínimo ya que el resto del circuito es en llano y después en bajada y se nos va dibujando una sonrisa que denota nuestra complicidad con esta tecnología. Las sensaciones, no obstante, son extrañas, ya que esperábamos silencio absoluto y no es así, puesto que el ruido de rodadura de los enormes neumáticos en llanta de 21 pulgadas hace que el ruido del interior sea prácticamente igual a cuando vamos con el motor térmico conectado a ritmo tranquilo. Esto habla por si solo de la calidad de la insonorización del motor, pero es algo que no deja de sorprendernos. En el tramo final de bajada también nos llama la atención el hecho de que en modo eléctrico, como es lógico, no existe apenas retención del motor y la única forma de reducir la velocidad es mediante los generosos frenos de disco autoventilados.
Unas cosa con otras completamos la vuelta con 14 kilómetros restantes de autonomía en la batería! A bordo se nos marca un consumo medio de energía de 26 Kwh a los 100 kilómetros. Teniendo en cuenta que la batería de este Panamera es de 14 Kwh según catálogo, nos sale una autonomía estimada, para nuestro estilo de conducción durante todo el Roadbook, de 53 kilómetros y de 40 km en “ritmo AsturRing”. No está nada mal y encima hemos podido hacer historia dando la primera vuelta al AsturRing en modo completamente “limpio”. Recordaremos esta fecha!
Tomamos ahora la autopista de vuelta a Oviedo y entre la satisfacción que llevamos, los 14 kilómetros restantes de batería y la larga cuesta hacia arriba que tiene la autopista al salir de Villaviciosa metemos toda la tuerca al Panamera seleccionando el modo Sport Plus. Es este el último modo de conducción que nos quedaba por comentar y donde trabajan juntos los motores térmico y eléctrico, aunque así y todo el sistema aún se pondría a cargar la batería si hay retenciones de motor o frenadas. Como sucede en todo Porsche con modo Sport Plus la suspensión se endurece y la respuesta al acelerador se hace fulgurante. Empujamos a fondo y tenemos ahora si, un pequeño recuerdo del Panamera Turbo. Nos bebemos literalmente la batería restante y el resto del trayecto es ya un paseo hasta el Centro Porsche para devolver el coche.
A modo de resumen
Con el cerco actual a las motorizaciones diesel, vemos en este Panamera híbrido la respuesta perfecta de Porsche a los usuarios que quieran disponer de una berlina para usar a diario en modo tranquilo con unos consumos increíbles y tener las sensaciones Porsche que tanto nos gusta disfrutar a los que somos apasionados de la marca. No son las mismas sensaciones que las del Panamera Turbo, ojo, pero también se trata de otro precio. No es un misil pero tiene muy buen andar y los modos de conducción E-Power, Hybrid Auto, E-Hold, E-Charge, Sport y Sport Plus posibilitan una flexibilidad de uso capaz de satisfacer al más exigente. Podemos ir a velocidad de vértigo por autopista, atacar carreteras de montaña con una efectividad hasta ahora no soñada en una berlina de cinco metros o meternos hasta el mismo centro de Madrid o Barcelona con eléctrica impunidad y con 462 caballos en el bolsillo. Es tenerlo todo. O casi. A partir de ahora dormiremos con un ojo cerrado y otro abierto hasta poder probar el Panamera Turbo Híbrido.
Queremos dar las gracias al Centro Porsche Asturias por habernos permitido probar este coche inolvidable.
Interesante prueba, veo que vas sucumbiendo al encanto e-Car en general y e-PORSCHE en particular. La e-vuelta al ring de enmarcar. Te ha faltado una en modo sportplus para ver las sensaciones del chasis mientras se te dibujaba la sonrisa habitual fruto del ya mítico trazado asturiano.
Como siempre, felicitarte por tu crónica que hace que nos subamos en el coche con vosotros a través de la lectura.